Muchos
son los trabajos de innovación que avalan el trabajo cooperativo como método de
aprendizaje válido. Destacamos, entre ellos, AGUIAR, N,
BRETO, C (2005) La escuela, un lugar para
aprender a vivir. Experiencias de trabajo cooperativo en el aula. Madrid:
Centro de investigación y documentación. Desarrollado por el CEIP “María Domínguez”, de
Gallur (Zaragoza). Aquí podéis leer el artículo completo. Este método de innovación de trabajo cooperativo consiguió
la interacción de todos los miembros de la comunidad educativa. El método
permitía reelaborar los materiales didácticos, trabajando desde un enfoque
innovador. El trabajo cooperativo facilitaba que el grupo de alumnos fuera
capaz de avanzar al unísono en su propio aprendizaje, dentro de un contexto
natural.
Otro ejemplo de trabajo cooperativo fue llevado a
cabo por Mª Carmen García Rodríguez en Segundo de la ESO (Trujillo, 2006), en
el área de Lengua Española, cuando explicaban el bloque de Gramática. Esto nos
indica que el trabajo cooperativo es un método trasversal para todas las
asignaturas La investigadora llevó a cabo una investigación-acción adaptando
una unidad didáctica para estudiarla a través del trabajo cooperativo.
Después de la implementación de esta unidad, la
profesora concluyó que existía un
mayor rendimiento académico en el
alumnado, así como también una mayor responsabilidad y motivación. La experiencia fue efectiva y los
resultados mejores. Por otra parte, la
opinión del alumnado hacia esta manera de trabajar en clase fue también positiva resaltando, sobre todo, que el
reparto de roles los ha hizo ser más más observadores.
Además, destacamos el trabajo de Fernando Trujillo y Miguel Ángel Ariza que llevaron recientemente la experiencia cooperativa a las aulas de primaria y secundaria, mediante la aplicación de distintas unidades didácticas.